El comportamiento del vendedor de publicidad: ¿qué hacer para pasar de vender a veces a vender siempre?

Partiendo de la base de que como en cualquier proceso comercial en la compra-venta de publicidad las dos partes (comprador y vendedor) deben de salir ganando (win-win) y que el espíritu del acuerdo, en cuanto a su duración, debe de ser indefinido en el tiempo, ¿cuánto y qué debe poner cada parte?

Cuando se analiza un cierre comercial con “zoom”, comprobamos que se descarga una gran responsabilidad sobre la parte compradora. Debe elegir entre varias opciones y debe pagar. Y, en lo relativo a resultados, esperar. Porque la parte vendedora no asegura nada.

Al empresario no se le puede pedir más.

¿Y al vendedor?

Ciertamente, el comercial no puede asegurar resultados.

Entonces, ¿qué debe poner o aportar el asesor de publicidad para asegurar la venta equilibrando el esfuerzo de ambas partes?

En realidad, dando respuesta a esta pregunta estamos dando respuesta a lo que debería hacer un vendedor para pasar de vender a veces a vender siempre.

Vender no ocurre por casualidad. Ni siquiera vender publicidad en un medio de comunicación líder que te avale con una gran difusión asegurada es garantía para franquear las dudas y reticencias del empresario. A veces, ni tan siquiera acompañar una máxima difusión con el mejor precio es suficiente. ¿Por qué?

A diario comprobamos como en igualdad de condiciones unos vendedores venden más que otros. ¿Y cuál es la clave del cierre?

Hay varias; experiencia, perseverancia, facilidad de palabra, agresividad amable, tenacidad, simpatía, empatía, imagen, edad, … Todas son importantes en el cierre. Pero hay una clave extra que es decisiva: la capacidad de proyectar el resultado en la mente del empresario. Dado que no se pueden poner las ventas encima de la mesa, hay que dibujarlas en la mente del empresario. Y esto exige conocer perfectamente el negocio del comprador.

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¿Hay algo mejor que vender?

A menudo nos preguntan a los consultores de Soluciona Ventas cuál es la diferencia entre unos equipos comerciales y otros. Qué diferencias hay entre un equipo de Canadá y uno de Europa, o entre uno de Buenos Aires y otro de Mar del Plata, o entre uno de Málaga y otro de Valencia, …Y la respuesta es…ninguna.

Actualmente ya no hay “grandes” diferencias entre unos equipos y otros por, digamos, diferencias culturales/geográficas. Definitivamente, hoy las diferencias principalmente las marcan las personas.

¿Es simplemente una cuestión de actitud?

Es cierto que en un mismo equipo, con las mismas herramientas, los resultados entre los vendedores son distintos en función de su grado de dedicación e implicación. Pero hay otra cuestión que marca la diferencia entre unos vendedores y otros; el haber descubierto lo que es MEJOR QUE VENDER.

¿HAY ALGO MEJOR QUE VENDER?

Sí. En la actividad comercial mejor que vender es “AYUDAR A VENDER”.

Cuando un vendedor entiende/descubre que su producto/servicio ayuda a vender a su cliente está completando la EXPERIENCIA COMERCIAL y eso se convierte inmediatamente en su gran incentivo para seguir vendiendo. Y es, sin duda, lo que marca la diferencia.

¿Cómo trabajan sus vendedores de publicidad? ¿Cómo desarrollan el proceso de venta? ¿Entienden a qué se dedican? ¿Conocen para qué les necesita usted en su medio de comunicación? ¿Conocen por qué tienen que comprarle? ¿Saben en qué son útiles a sus clientes?

Con Soluciona Ventas aumentarán sus ingresos por venta de publicidad de forma garantizada. Pero, además, dejaremos una “huella” en sus vendedores que les convertirá en mejores comerciales.

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Errores en el cierre de venta de publicidad: qué no hacer para vender más

Cuando has tenido la oportunidad de observar a cientos de vendedores de medios de comunicación de distintos lugares en la fase de cierre de una venta, descubres que la crisis de los medios convencionales responde claramente a un tercer factor:

1) Crisis económica; sí, desde hace años
2) Crisis propia del medio; del papel, por ejemplo, con la aparición de internet
3) Lucro cesante (diario) derivado de la falta de competencia de algunos vendedores en el momento del cierre

Entre los errores capitales en el cierre de una venta, el más sorprendente es la incapacidad natural de algunos vendedores por acompañar la compra hasta el final.

Efectivamente, hay muchas ventas que no se materializan porque el vendedor frustra la compra. Es decir, algunos “vendedores”, no sólo no son capaces de vender sino que, además, estropean compras que, a su ritmo, van solas.

El cierre es con diferencia el momento más atractivo para un vendedor. Todos tus sueños se han cumplido. Tienes al empresario delante, conoces sus necesidades particulares y, normalmente, acumulas experiencia habiendo resuelto cierres en otros negocios de ese mismo sector.

¿Y qué falla, entonces?

Todos los vendedores que venden saben lo que tienen que hacer. Lo que no está tan claro es que todos los vendedores que no venden hayan descubierto qué es lo que no tienen que hacer.

Algunas de las cosas que no se pueden hacer o no pueden ocurrir en el cierre de una venta son:

1.- Tener prisa

Hay vendedores que precipitan el proceso. Se posicionan en el no antes que el empresario. El empresario necesita tiempo contigo para descubrir por qué y cómo le vas a ser útil tú. Ya no la publicidad. Tú. No te retires antes de que el empresario te conozca a ti y descubra por qué es bueno para él lo que le has ofrecido y cómo se lo vas a desarrollar.

2.- No entender la objeción del cliente (o no saberla interpretar en tiempo y forma)

La mayoría de vendedores que no venden comparten su aversión a la objeción. Sus reacciones ante las objeciones son inmediatas en forma de negación y confrontación.

Las objeciones son muy buenas. Un cierre sin objeciones es como un partido de fútbol sin balón. Un cierre de venta sin objeciones, sería otra cosa. Una compra, por ejemplo. Pero en este artículo estamos hablando de ventas, no de compras. Recoger una objeción, entenderla y darle la vuelta en positivo es la prueba de fuego de que conoces el negocio del cliente. Si logras hacerlo, te ganas definitivamente la confianza del empresario.

3.- Hablar por hablar

Y no me refiero a hablar de fútbol, de toros, … o de cualquier otra cosa que no sea la propia del negocio. No.
Muchos vendedores pasan gran parte del cierre literalmente “leyendo” la propuesta. ¡Qué horror! Normalmente la oferta/propuesta la tienes por escrito e incluso viene acompañada de ejemplos gráficos. El empresario la lee solito. No se necesita una persona que lea el documento. Sobra tu lectura. No le hagas perder el tiempo al empresario. Lo que necesita es que le lleves al futuro. Dedica tu tiempo a descubrirle cómo aplica cada extremo de la propuesta a su negocio. Explica el sentido que tiene cada punto de tu propuesta para resolver las diversas necesidades de comunicación propias de su empresa.

4.- Preguntar mal (sobre todo, en el momento final)

Me atrevería a decir que las preguntas finales que más veces he oído a los vendedores son:

– Bueno, ¿qué?, ¿cómo lo veis?
– Bueno, ¿qué?, ¿qué vais a hacer?
– ¿A que está bien, verdad? ¿Cómo lo veis para vuestra empresa?

En realidad, las tres son la misma pregunta. Pero, ni en el contexto ni fuera del contexto tienen cabida. Son, simplemente, de vergüenza ajena. Hay que tener muchas agallas para hacer ese tipo de preguntas y quedarse tan fresco. Son preguntas que ponen muy fácil el “vuelva usted en 2033”.

Las preguntas a los empresarios no pueden dejar abiertas ni puertas ni ventanas de salida. Si has completado bien el punto 3 anterior, y has justificado el umbral de rentabilidad de tu propuesta, en este momento sólo cabe repasar cómo quedan resueltas las necesidades de comunicación descubiertas en su negocio, mostrando simultáneamente casos de éxito, y preguntarle si le viene bien la fecha (que sugieres tú en ese mismo momento) para llevarlo a efecto, para empezar a trabajar con rigor para su negocio.

Con Soluciona Ventas asegurará que sus vendedores cuenten con los recursos y herramientas necesarios para aumentar las ventas de su medio de comunicación.

Vender publicidad cuando tú quieres

Lejos de dignificar la profesión de vendedor de publicidad, en el día a día muchos comerciales de medios de comunicación operan en la dirección contraria.

La inseguridad que provoca en el ejecutivo de ventas la abrumadora mayoría de noes que acumulan día a día a sus espaldas en los cierres de los últimos años, frente a la cantidad de desenlaces positivos, les hace actuar poco más o menos que como “pedigüeños”. Algunos son ya especialistas en poner cara de ello.

La aproximación al empresario a la hora de ofrecerle su producto, la publicidad, comprobamos que es muchas veces débil y temerosa, como anticipándole al empresario que “aquí estoy para importunarle” y pidiéndole perdón por adelantado por ir a “meterle la mano en el bolsillo”.

¿Y así se puede vender?

Claramente, no.

¿Y cómo se puede vender más publicidad en un momento como el actual?

No lo sabemos. Lamentamos no poder ayudarle a vender.

Pero lo que sí que sabemos hacer es que le compren más (porque, a un empresario, venderle ya no se le vende nada en este momento. Todos los presupuestos están permanentemente cerrados).

¿Y cómo lo hacemos en Soluciona Ventas?

1) Cambiamos la forma en la que el comercial se aproxima al propietario de la pyme
2) Preparamos al vendedor para que le compren una solución, no para vender un producto. Satisfaciendo las expectativas de comunicación del empresario.
3) Eligiendo el momento en el que queremos que se produzca la compra de publicidad.

Si está buscando un curso de formación para que sus vendedores aprendan técnicas innovadoras, puede llamarnos. Aunque nuestra especialidad es aumentar sus ingresos publicitarios.

¿Tiene “vendedores de Cromagnon” en su equipo comercial?

Comprobamos en nuestra práctica diaria que muchos medios de comunicación tienen “cedida” la confianza de sus ingresos a equipos comerciales que cuentan en sus filas con verdaderos “vendedores de Cromagnon”.

A saber, mientras algunos medios responsabilizan todavía a la crisis económica de ser la, prácticamente, única o principal culpable de su crisis de ventas, estos “comerciales de Cromagnon” campan a sus anchas por los departamentos comerciales.

Se trata de seres “vendedores” que con técnicas y herramientas de venta rudimentarias tratan, con paupérrimo resultado, de vender publicidad.

El “vendedor de Cromagnon” es fácilmente identificable porque, entre otros detalles:

– acumula años de experiencia en la casa pero no llega a acumular ni un solo anunciante de duración anual por cada uno de los años de antigüedad que él mismo lleva en la organización (¡qué menos que si un comercial lleva 15 años en la organización tenga, al menos, 15 clientes con contrato anual!, ¿no?. Uno por año.)

– cuenta con una vasta base de clientes “personal” pero mayoritariamente estéril. Por cierto, el “vendedor de Cromagnon” considera que los clientes son suyos y difícilmente alguien encontrará estos clientes en algún registro o soporte informático del medio

– ha bajado mucho sus honorarios en los últimos tiempos pero ¡se ha acomodado a la nueva situación perfectamente!

– no acostumbra a salir de la oficina, le cuesta muchísimo. Gestiona sus escasos anunciantes vivos por teléfono

– hace como que hace. Pasa días y simplemente trata de hacer ver a sus jefes que cada día trabaja para vender publicidad pero que “es imposible tal y como está la cosa”, dicen

– no son necesariamente mayores, muchos son de mediana edad

¿Ha identificado, llegado a este punto, algún vendedor con estas características en su medio?

¡No se preocupe!. No le vamos a pedir que extinga a su “vendedor de Cromagnon”.

En SOLUCIONA VENTAS tenemos las herramientas para ayudarle en el proceso evolutivo de su “vendedor de Cromagnon” hasta convertirlo en un “vendedor Sapiens”, eficazmente capacitado para multiplicar rápidamente sus ingresos por venta de publicidad. Además, con la garantía de que le acompañamos durante todo el ciclo de venta, desde la prospección hasta el cierre.

NOTA: Es imprescindible que el director del “vendedor de Cromagnon” no sea un “director de Neandertal”. Es decir, el director debe ser consciente de la necesidad de cambiar la forma de vender publicidad.

Usted, como director, ¡no puede tenerle miedo a los cambios!

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